Si alguna vez buscaste a alguien con quien ir a una misión de rescate o simplemente disfrutar juntos de adorables vídeos de animales, Jennifer era tu chica. Los animales de todo tipo ocupaban un lugar especial en su corazón.
La familia lo era todo para ella, estar rodeada de seres queridos y crear momentos entrañables era lo que realmente le daba alegría y satisfacción.
Tuvo la suerte de encontrar a su alma gemela durante 21 años, John Smith, y juntos crearon su propio pequeño universo de amor.
Siempre decía: "Los sueños no funcionan a menos que tú los hagas". Creía firmemente en esforzarse, apasionarse por lo que hacía y superar constantemente sus límites. Siempre inspiraba a los demás y celebraba sus logros. Se sentía honrada de ser profesora, compartiendo conocimientos con mentes ávidas. La obtención de un máster en la Universidad de Harvard fue para ella una experiencia surrealista que moldeó profundamente su perspectiva. Se enorgullecía de ampliar sus conocimientos, entablar conversaciones intelectuales y añadir un toque de humor siempre que era posible.
Su mantra era influir positivamente en la vida de los demás. Jennifer participaba activamente en su comunidad, echando una mano a los necesitados.
Crecer en un país de las maravillas cubierto de nieve le trae tantos recuerdos hermosos. Le encantaba la serena belleza y las acogedoras vibraciones del invierno y era reacia a cambiar las botas y los bancos de nieve por las chanclas y las palmeras, pero su sentido de la aventura no la detuvo. Jennifer y John se mudaron a su pequeño pedazo de paraíso en 2003, pero nunca se perdieron una Navidad en su nevado pueblo natal de Vermont, rodeados de amigos y familiares.